sábado, 12 de diciembre de 2009
La Borinqueña
¿Qué alma, llorando su infeliz destino
dentro del himno popular se agita,
al ascender la música infinita
en el fondo del aire cristalino?
Vibra en la flauta el prolongado trino,
la tempestad en el tambor palpita,
gime el violín, el clarinete grita
y solloza profundo el bombardino...
Es el acento múltiple, anhelante,
de la perdida caravana errante
que del nativo hogar la suerte implora...
¡Es el alma de un pueblo sin enseña!
¡Es la dulce, la triste "Borinqueña",
madre ideal que por sus hijos llora!
José de Diego
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4 comentarios:
No sabía de este poema a la borinqueña. Ya tomé mi clase de historia boricua. Gracias.
Adelante y éxito.
¡Es el alma de un pueblo sin enseña!
¡Es la dulce, la triste "Borinqueña",
madre ideal que por sus hijos llora!
Un siglo mas tarde, lamentablemente aún sigue llorando. Gracias por compartirlo.
Muy bonito aunque triste.
El mismo De Diego nos dirá: "Haz como el toro acorralado, ¡muge! o como el toro que no muge, ¡embiste!
Gracias por visitar nuestro blog y por dejar sus contribuciones; lamentablemente no pudimos responder por causa de nuestra lucha con la enfermedad, apreciamos su visita y comentarios.
Saludos.
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