Nuestro Puerto Rico del Alma

Una vida no es fuerte sino cuando se ha consagrado a conquistar su ideal por sencillo que sea. Eugenio María de Hostos.

sábado, 12 de diciembre de 2009

La Borinqueña





¿Qué alma, llorando su infeliz destino

dentro del himno popular se agita,

al ascender la música infinita

en el fondo del aire cristalino?


Vibra en la flauta el prolongado trino,

la tempestad en el tambor palpita,

gime el violín, el clarinete grita

y solloza profundo el bombardino...


Es el acento múltiple, anhelante,

de la perdida caravana errante

que del nativo hogar la suerte implora...


¡Es el alma de un pueblo sin enseña!

¡Es la dulce, la triste "Borinqueña",

madre ideal que por sus hijos llora!


José de Diego

4 comentarios:

Prometeo dijo...

No sabía de este poema a la borinqueña. Ya tomé mi clase de historia boricua. Gracias.

Adelante y éxito.

Borincano dijo...

¡Es el alma de un pueblo sin enseña!
¡Es la dulce, la triste "Borinqueña",
madre ideal que por sus hijos llora!

Un siglo mas tarde, lamentablemente aún sigue llorando. Gracias por compartirlo.

Siluz dijo...

Muy bonito aunque triste.
El mismo De Diego nos dirá: "Haz como el toro acorralado, ¡muge! o como el toro que no muge, ¡embiste!

Don Segundo dijo...

Gracias por visitar nuestro blog y por dejar sus contribuciones; lamentablemente no pudimos responder por causa de nuestra lucha con la enfermedad, apreciamos su visita y comentarios.

Saludos.