lunes, 16 de marzo de 2009
Una de cada 133 personas padece de enfermedad celiaca
ANN ARBOR, Michigan.— Dorothy Carpenter había padecido problemas estomacales toda su vida. Bastaba con que comiera un bocado de pan o de pasta para que tuviera dolores terribles.
Su enfermedad pasó sin diagnóstico durante años hasta que un médico del Sistema de Salud de la Universidad de Michigan la reconoció como enfermedad celiaca. Para entonces su condición de larga data se había convertido en una masa intestinal, un cáncer que obligó a que los médicos extirparan parte de su intestino.
"He estado en este cuerpo durante 65 años y sé lo que es normal para él y cuándo hay algo muy mal", recuerda Carpenter que le dijo a William D. Chey, director del Laboratorio de Fisiología Gastrointestinal en el Sistema de Salud de la Universidad de Michigan. "Y él prestó atención".
La enfermedad celiaca, una condición que se caracteriza por la inflamación grave y crónica del intestino delgado, se desarrolla por la exposición a una proteína en la dieta llamada gluten. El gluten se encuentra con más frecuencia en los granos incluido el trigo, el centeno y la cebada.
El cáncer de Carpenter, un linfoma que no era de Hodkins, se desarrolló como resultado de su enfermedad celiaca que pasó sin diagnóstico ni tratamiento, Chey le dijo.
El tratamiento involucró la extirpación de unos 120 centímetros de su intestino delgado y una pequeña masa, y la quimioterapia. Han pasado cinco años desde que Carpenter tuvo su diagnóstico y tratamiento, y se siente muy bien, según dijo ella a los 70 años de edad.
También tuvo que hacer un cambio en su estilo de vida: una dieta sin gluten.
"La vida sin gluten es lo que una quiere hacer de ella", dice Carpenter. "Una tiene que tomar la resolución de éstas son las cosas que debo hacer si quiero seguir viva".
Desde que tuvo su diagnóstico Carpenter ha notado que más y más almacenes ofrecen productos libres de gluten y que ha mejorado mucho el etiquetado de las comidas de manera apropiada.
"Sigue mejorando constantemente", indicó.
Chey dice que el conocimiento y el diagnóstico apropiado de la enfermedad celiaca han mejorado enormemente en la última década.
"Cuando yo era estudiante de medicina hace muchos años se nos enseñaba que la enfermedad celiaca ocurría o podía encontrarse en aproximadamente una en 500 ó 1.0000 personas dentro de Estados Unidos", anota.
Los datos de los últimos cinco años, sin embargo, muestran que la enfermedad es significativamente más prevaleciente, y puede identificarse en esta una de cada 133 personas en Estados Unidos, dijo Chey.
Las personas que sufren celiaca parecen tener una predisposición genética y la enfermedad puede permanecer latente o asintomática por un período largo hasta que emerge o se detecta clínicamente mediante estudios de laboratorio o síntomas, señala Chey.
Las enfermedades como diabetes mielitus, la tiroiditis autoinmune, la pérdida prematura de hueso o la anemia con deficiencia de hierro han estado asociadas todas con la enfermedad celiaca, añade.
"Si una persona tiene alguna de estas condiciones debería hacerse las pruebas para la detección de la enfermedad celiaca", dijo Chey.
La celiaca puede presentarse en una variedad de formas tales como valores anormales en el laboratorio en la cuenta de sangre o una función tiroidea anormal, mala nutrición, pérdida de peso o una enfermedad que amenaza la vida.
La forma más común en la cual se presenta es como síntomas gastrointestinales vagos, tales como la hinchazón, gas excesivo, heces disgregadas o calambres abdominales.
Los síntomas pueden ser similares a los del síndrome de intestino irritable, y las nuevas recomendaciones sobre el SIB del Colegio de Gastroenterología de Estados Unidos indican que a todos los pacientes que se les diagnostique el SIB debe hacérseles el examen para la detección de la enfermedad celiaca.
Chey advierte que las personas con enfermedad celiaca de larga data y que no han tenido tratamiento corren un riesgo mayor de desarrollo de cáncer, principalmente del tracto gastrointestinal pero otros tipos de cáncer también.
El examen se hace mediante un análisis de sangre. La terapia constituye en una dieta restringida que evite el gluten, la proteína que inflama el intestino delgado y lleva a problemas más graves.
"La conclusión clave es que la enfermedad celiaca es más frecuente que lo que se pensaba, que hay exámenes disponibles para el diagnóstico de la condición y que el tratamiento es muy eficaz y consiste más en una dieta que en medicamentos", dice Chey.
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