Nuestro Puerto Rico del Alma

Una vida no es fuerte sino cuando se ha consagrado a conquistar su ideal por sencillo que sea. Eugenio María de Hostos.

lunes, 22 de junio de 2009

La Oración de un Padre por iluminación.



Querido Padre celestial, ¿puedes perdonarme por herir a mis hijos?

Yo vengo de una familia pobre, así que pensé que una casa grande haría que mis hijos se sintieran importantes. No me di cuenta que todo lo que necesitaban era mi amor.

Pensé que el dinero les traería alegría, pero lo único que hizo fue hacerles creer que las cosas eran más importantes que las personas.

Pensé que el golpearles los haría fuertes para que pudieran defenderse ellos mismos. Lo único que hizo fue detenerme de buscar sabiduría para poderles disciplinar y enseñar.

Considere que el dejarlos solos los haría independientes. Lo único que hizo fue forzar a mi hijo a ser padre de mi segundo hijo.

Pensé que al dejar a un lado todos lo que estaba logrando era enseñarlos a huir en lugar de lidiar con ellos.

Pensé que al simular en público que éramos una familia perfecta estaba mostrándoles respeto. Todo lo que lograba era enseñarles a vivir y mantenedles a vivir una mentira y mantenerla en secreto.

Pensé que todo lo que tenía que hacer para ser padre, era hacer dinero, quedarme en casa y suplir todas sus necesidades materiales. Lo único que les enseñe fue que había algo más en cuanto a ser padre. El problema es que ellos tienen que adivinar lo que en realidad es ser papa.

Y querido Dios:

Espero que puedas leer esta oración. Mis lágrimas han puesto borrosas muchas palabras.

Por: John Ellis


No hay comentarios: