Nuestro Puerto Rico del Alma

Una vida no es fuerte sino cuando se ha consagrado a conquistar su ideal por sencillo que sea. Eugenio María de Hostos.

viernes, 30 de enero de 2009

No a Lucas Escribano para el Supremo.

¿Por qué necesitamos un juez que sea pastor, que predica la palabra de Dios? No veo nada malo que este Señor en su vida privada predique la palabra de Dios. Pero mezclar lo judicial con lo religioso, aquí es donde, a mi juicio, hay un gran choque. Mire la foto, el Pastor se presenta con la toga de juez y una Biblia en la mano. Aquí esta la evidencia, juzgue usted.



¿Donde esta la separación entre iglesia y estado?, lo que muy claramente establece la Constitución:

"Sección 3. Libertad de culto.

No se aprobará ley alguna relativa al establecimiento de cualquier religión ni se prohibirá el libre ejercicio del culto religioso. Habrá completa separación de la iglesia y el estado."

En Puerto Rico hay personas que piensan y siguen distintas religiones, dogmas, y hay tantos otros que no son seguidores religiosos o no creyentes. Este pastor, predicador, abogado y juez, Escribano, viene con la agenda de imponer sus valores fundamentalistas por lo que estaría violentando nuestra Constitución. Además, no sólo se trata de imponer sus dogmas religiosos sino de juzgar de acuerdo a dichos dogmas religiosos, por lo que violenta la separación de Iglesia y Estado.

Cuando este Ministro Bautista esté sentado en el trono de Juez, ¿en que estarán basadas sus decisiones, en fundamentos religiosos o estrictamente en el derecho? ¿Querrá imponer sus valores religiosos a los no religiosos?

Está bien que él diga lo que le parezca frente al pulpito de su congregación, a los conversos religiosos; pero no está bien que pretenda hacer lo mismo en su rol de juez, ni mucho menos que tome decisiones judiciales a base de su doctrina religiosa.

No, hasta aquí llego yo, me bajo de la guagua, y es ya! No estoy de acuerdo.

Aunque el Gobernador Luis Fortuño tiene la prerrogativa de nominar a quien le plazca, él no puede irse por encima de la Constitución del Estado Libre Asociado de Puerto Rico. Eso que dicen muchos de que el gobernador puede nombrar a quien le de la gana, como si tuviera un cheque en blanco, no, eso no es así. El Señor Gobernador tiene que seguir con una normativa.

Me opongo al nombramiento de Escribano.

“Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios” (Mt. 22, 21).

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