El Gobierno ordena a los funcionarios reutilizar las fotocopias y apagar la luz
La «nueva cultura presupuestaria» con que el Ejecutivo pretende dotar a la Administración se basa en las famosas bombillas de bajo coste de Sebastián
DOMINGO PÉREZ | MADRID
El regreso de los funcionarios tras las vacaciones de Navidad les ha sorprendido con nuevas normas para intentar fomentar el ahorro. ABC ha tenido acceso al documento elaborado por el Ministerio de Educación, Política Social y Deporte, similar al que se está repartiendo en otros departamentos. para implantar las medidas de austeridad. Un ejemplo pionero de lo que se avecina en todos los Ministerios. Entre otras cosas, les obligarán a apagar las luces y el ordenador siempre que se ausenten de sus puestos durante más de quince minutos (para ir al retrete habrá que calcular el tiempo que se va a tardar para decidir si se deja todo encendido o no).
En esta línea, la lista de restricciones con la que van a enfrentarse los funcionarios es muy amplia. Por ejemplo, sólo podrán cambiar de boli y del resto de material de escritorio cada trimestre. Nada de utilizar empresas de mensajerías privadas o el servicio de Correos. Todas las comunicaciones internas y externas se realizarán por correo electrónico y escaneando los documentos.
La calefacción o el aire acondicionado sólo lo disfrutarán los empleados durante un tiempo prefijado cada día y se desconectarán automáticamente haya quien haya en las oficinas. Ya se han recibido quejas de que en algunos centros, en pleno invierno, el aire caliente se cierra a las seis de la tarde y los que prolongan sus jornadas acaban con las bufandas.
Asimismo, reutilizarán los folios por las dos caras cuando se hagan fotocopias. Textualmente señala: «Se potenciará el aprovechamiento de los medios de reprografía con la impresión a doble cara, en forma folleto, etc...». Las fotocopiadoras sólo se encenderán cuando sea imprescindible. La compra de diarios sólo se realizará para los altos cargos y nunca más de dos periódicos de información general al día. Igualmente, se exige la restricción al mínimo de las «comidas de empresas, de las felicitaciones navideñas y cualquier otro gasto de representación o protocolo».
Tendrán prohibido en sus desplazamientos laborales coger taxis y únicamente les permitirán trasladarse en transporte público. Nadie podrá encargar tarjetas de visitas salvo que disfrute del nivel 30, que es el máximo al que accede un funcionario de carrera y que corresponde casi siempre a altos cargos de libre designación.
Y, claro, se llenarán las distintas dependencias de las famosas bombillas de bajo coste de Miguel Sebastián. Aquellas que el ministro de Industria prometió regalar a los españoles (al menos dos por familia) y que todavía nadie ha recibido (dicen que en febrero empezará a repartirse). Una propuesta que podrá costar a las arcas del Estado 300 millones de euros.
El plan de austeridad, en este caso el presentado por Educación, consta de 19 páginas y lo rubrica la subsecretaria Mercedes López Revilla, la misma que alcanzó notoriedad el 29 de abril de 2005 cuando fue elegida por la vicepresidenta De la Vega para un curioso cargo de nueva creación: «Directora del Gabinete del Secretario de Estado del Gabinete de la Presidencia del Gobierno». Desde aquel puesto, López Revilla saltó a Educación en abril de 2008.
El plan de austeridad prohíbe hacer tarjetas de visitas, coger taxis o utilizar empresas privadas de mensajería
En el comunicado, con fecha de 16 de diciembre de 2008, pero efectivo a partir del 1 de enero, se anuncia a los funcionarios que el Gobierno desea dotar a la Administración de «una nueva cultura presupuestaria» para poder aplicar «una política de austeridad, rigor y contención en los gastos de funcionamiento».
El caso es que en enero de 2008 Zapatero tildaba de «antipatriotas» a todos aquellos que se atrevían de hablar de crisis. Se encontraba inmerso en plena precampaña electoral y todo tenía que ser maravilloso desde el punto de vista económico. Un año después, hay una recesión galopante y lo patriota es apretarse el cinturón. Así al menos se lo ha ordenado el Gobierno a los funcionarios de la Administración Pública con la puesta en marcha del «Plan de austeridad y racionalización de los gastos de funcionamiento e inversiones».
Ahorrar 250 millones
El origen de este plan se remonta al mes de junio pasado, cuando se anunciaron en el Consejo de Ministros diversas medidas de austeridad en la Administración para «ahorrar en 2009 al menos 250 millones de euros». Lo malo es que esa cantidad ni siquiera supone recuperar el cincuenta por ciento de lo que ha costado montar los caprichos de Zapatero. Es decir: el Ministerio fantasma de Igualdad; el que no acaba nunca de arrancar de Ciencia e Innovación; mantener el ineficaz de Vivienda, y trasladar Asuntos Sociales a Educación con la nueva denominación de Política Social.
Todas estas ocurrencias de la segunda legislatura han supuesto desplazamientos de funcionarios, adquisiciones de nuevas sedes, mudanzas, compras de equipos, creación de nuevas plazas... Un cúmulo inmenso de gastos que Zapatero y su Gobierno provocaron en marzo de 2008, cuando la crisis ya era galopante. Por ejemplo, sólo para poner en marcha Igualdad y acondicionar las instalaciones que en su tiempo ocupara el Mercado de Telecomunicaciones, se han gastado unos 200 millones de euros.
Fuente abc.es
miércoles, 14 de enero de 2009
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