Nuestro Puerto Rico del Alma

Una vida no es fuerte sino cuando se ha consagrado a conquistar su ideal por sencillo que sea. Eugenio María de Hostos.

domingo, 1 de febrero de 2009

Oh Kenny Boy! Oh Boy!

Tengo nombre irlandés,
Tengo el corazón gringo,
Tengo la cara de filipino,
Nací en Londres,
No se de donde vengo,
Y tampoco se para donde voy,
Tengo problemas de identidad
Quien Soy…

Soy Kenny Boy!



Que iluso soy, ¿qué joropeta?, yo pensé que no tenía que ver mas al tipo este de Kenneth McClintock. Ha vivido del pueblo de Puerto Rico por años, primero como ayudante legislativo, luego senador y presidente del Senado, y ahora, como Secretario de Estado del Estado Libre Asociado de Puerto Rico.

Este Pitiyanqui se cree más americano que George Washington y que el mismo “Apple Pie” (en cajita), más americano que los nativos Indios Norteamericanos; y más americano que el mismo Cañon del Colorado.

Lo malo de Kenny Boy es que ha vivido del “welfare puertorriqueño”, esto es, del servicio público. Este malandrín no ha dado un tajo ni en defensa propia, siempre viviendo del cuento, de figurear, de chupar como sanguijuela de las arcas públicas.

Este hombre traicionó, como Judas, a su amigo, pana, colega y defensor, Jorge de Castro Font. Después lo negó como Pedro, se lavó las manos como Poncio Pilatos, porque él solo juega para él. Como decía un profesor que yo tenia, “es que hay tipos comelones”, y este es uno de ellos, un “Comelón”.

Este personero es un ideólogo dentro del partido estadista, con cara de “buena gente”, “simpaticón”, este Tío Tom, es un individuo peligroso para todo lo que tiene que ver con la nacionalidad puertorriqueña y con los sentimientos del país. Todo el mundo sabe que cada vez que Puerto Rico compite en un evento deportivo, lo hace como nación, como país independiente de USA, y eso a Kenny Boy no le gusta.

Para él, la bandera de Puerto Rico es un símbolo nada mas, con sus propias palabras él ha dicho, “no tiene ningún valor trascendental, es como una de las banderas de los estados de la unión”. Para él, la bandera de su nación es la de los Estados Unidos de Norteamérica. Esto es un acto de agresión, de minimizar la identidad puertorriqueña.

Desde su nuevo asiento, como Secretario de Estado, este Kenny Boy tiene una agenda bien clara y definida. Él va a luchar por destruir los sentimientos de la nacionalidad puertorriqueña, sí, ese sentimiento, ese orgullo patrio que llevamos los puertorriqueños por dentro. Quiere imponer su ideología, su plan de transculturación y asimilismo.

Todo el mundo sabe que a través de los deportes ese sentimiento puertorriqueño se expresa con mucho fervor. Por lo tanto, él está saboteando lo juegos centroamericanos y del Caribe con la excusa de que no hay dinero, pero la verdadera razón es cohibir que el pueblo de Puerto Rico se una a celebrar como una nación puertorriqueña.

Este Secretario dice que Puerto Rico no tiene que participar de la UNESCO, porque “eso es jugar a la política”. ¿Y desde cuando la UNESCO juega a la política?, ellos trabajan por la educación y la cultura. Ay Kenny Boy, edúcate un poco, ¿vale?.

Una cosa es segura, y es que este Kenny Boy, cuando se da “par palos” bien “dao”, no se emociona escuchando “Coño despierta Boricua”, ni canta “yo seré borincano aunque naciera en la luna”. Ni mucho menos pensar que levantará el puño al escuchar la Borinqueña de Lola Rodríguez de Tió, ni mucho menos dirá “que viva Puerto Rico libre”, este no es independentista del closet, no señor, no lo es, y mucho menos ha leído a Mi Mama Me Ama de Emilio Díaz Valcárcel.

En Puerto Rico, esa agenda ideológica de los estadistas está traqueteando con todo. Otro ejemplo lo es el idioma y por eso ahora leemos en Guaynabo City, San Juan City Police, Guayama Town, etc. Hasta ya hay una propuesta formal para fundar escuelas totalmente en inglés. Este Kenny Boy, el Virgilio de la Divina Comedia de Dante en Puerto Rico, buscará mas adelante que se cambie el idioma oficial.

Este Kenny Boy es un hombre malo de corazón y de espíritu. Ahora le han dado más poder, que combinado con sus conflictos de identidad, viene con toda la premeditación, alevosía y maldad a sabotear todo lo que mantiene vivo el sentimiento sagrado de lo que es ser puertorriqueño.

Oh Kenny Boy, oh Boy!

Ay! Estoy entre los gringos! Ay! Ay!

(En esta nota colaboró Doña Bianca)

2 comentarios:

Antigonum Cajan dijo...

De Julia de Burgos..Que decir, que no haya sido escrito, excepto, que tuvo un final parecido al de Billie Holliday, en los Nuyores...

Imagino vuestra alegria, frio/nieve al
final de su ronda.......

desde aca.........un abrazo.

Don Segundo dijo...

Si, son muchas las similitudes en la vida de las dos. Una era poeta, la otra cantante, pero con vidas tormentosas. Saludos. Gracias por su visita.